Que el cobre es un importante aliado en el área la salud ya nadie lo duda. Hoy, este metal se ha transformado en un sello de garantía a la hora de buscar prevención contra virus y bacterias. Situación similar a lo que sucede con el desarrollo sustentable, una tendencia global que lo tiene como uno de sus principales socios para tener un planeta más limpio.
El cobre será otro después del Coronavirus. La relevancia que ha tomado para beneficiar a la humanidad en el ámbito de la salud ha hecho superar con creces su prestigio a nivel mundial. También lo han hecho las tendenciales globales para un desarrollo más sustentable, para lo cual el cobre, con sus características físicas y químicas, es un elemento clave en la búsqueda de un desarrollo más limpio y eficiente.
Esta nueva reputación del cobre es sin duda una oportunidad que Chile, país líder en la producción de este metal, no puede dejar pasar. “Hoy la disposición a valorar el cobre y considerarlo como un material válido y valioso se ha incrementado. Eso es una oportunidad y también un gran desafío para nuestro país”, explica Juan Carlos Guajardo, Director Ejecutivo de Plusmining.
Entre estos desafíos está el posicionamiento y la penetración de mercado del cobre como elemento clave en las áreas de energía, transporte, construcción y por supuesto en la salud, teniendo en cuenta las ya demostradas beneficiosas propiedades del metal en el combate de enfermedades virales y bacterianas. “Si bien el uso del cobre en infraestructura hospitalaria y sanitaria es acotado, es posible que esta pandemia potencie nuevas áreas de uso del cobre y con ello también su demanda”, sostiene Guajardo.
Sobre los desafíos, perspectivas, evolución y el futuro del cobre para nuestro país, nos cuenta en esta entrevista Juan Carlos Guajardo.
¿Cómo puede aportar el cobre frente al Coronavirus? ¿Qué propiedades tiene que son tan eficaces para combatir los virus?
Históricamente, el cobre y sus aleaciones como el bronce han sido reconocidos como un agente antimicrobiano muy efectivo por la literatura médica. Este reconocimiento es tanto para el contacto directo entre el cobre y microorganismos, incluyendo virus, y como un micronutriente esencial en la dieta humana.
Solo para ejemplificar, diversos estudios recientes han mostrado que mientras el cobre logra desactivar al SARS‐CoV‐2 (nombre oficial del Covid-19) en 2-4 horas, superficies como cartones, aceros inoxidables y plásticos podría tomar entre 1-3 días en lograr lo mismo.
Otro aprendizaje de esta pandemia es la rapidez de su propagación, debido a la intensidad de la globalización del mundo y el grado de interconectividad, ambos en niveles nunca antes vistos en la historia humana. Por lo tanto, esta particularidad del cobre abre sin duda grandes oportunidades, y de escala mundial, para el metal rojo y sus aleaciones en el combate de agentes patógenos y virus, especialmente en espacios de un gran flujo de personas como aeropuertos, hospitales, metros, medios de transporte masivo, centros comerciales, etc.
¿Cómo podemos prevenir los virus a través de un mayor uso del cobre? ¿Dónde debiéramos intensificar su uso para prevenir este tipo de virus?
Para prevenir el contagio de virus y bacterias es importante el uso de cobre y sus aleaciones en la generación de productos de protección personal, como mascarillas y guantes.
Adicionalmente, el contacto con las superficies juega un rol clave en la propagación de virus y bacterias, en donde el tiempo que los virus pueden encontrarse en superficies influye fuertemente en esta capacidad de propagarse.
Debido a que el cobre y sus aleaciones pueden eliminar más rápidamente virus y bacterias en superficies, lo hacen una excelente alternativa en lugares con alto flujo de personas, por lo que su utilización se debería intensificar fuertemente en superficies cotidianas como pasamanos, manillas, asientos, entre otros. Servicios hospitalarios, tanto en Chile con en otras partes del mundo, han implementado el revestimiento de superficies con cobre, identificando como las áreas más contaminadas aquellas más cercanas a los pacientes como la mesa de la cama, barandillas, sillas y botones de llamada. Esto debería repetirse en aeropuertos, transporte público y oficinas, por ejemplo, en donde el gran flujo de personas hace que aumenten las posibilidades de contagio.
¿Cómo ha visto la evolución del tema de los nuevos usos del cobre? ¿Cómo podría aprovecharse aún más este metal en beneficio de la humanidad?
A medida que la tecnología evoluciona, también lo hace la utilización de diferentes metales, entre los cuales el cobre siempre ha jugado un rol importante por sus atributos de conductividad térmica y eléctrica, además de su maleabilidad y propiedad bactericida.
La relevancia que ha tomado el cobre para beneficiar a la humanidad en el ámbito de la salud se ha visto impulsado fuertemente durante esta pandemia. Sin lugar a duda, nuevos usos y beneficios en esta área se seguirán desarrollando.
Además, las tendencias globales para un desarrollo más sustentable son de gran relevancia para nuevos usos del cobre. En este sentido, el cobre con sus características físicas y químicas es un elemento clave en la búsqueda de un desarrollo más limpio y eficiente en las áreas de energía, transporte y construcción.
¿Cómo nosotros como país, líder en producción de cobre a nivel mundial, podemos aprovechar los beneficios de este metal para contribuir a generar mayores productos de cobre?
Si bien los aspectos científicos son importantes, tal vez lo más relevante para Chile sea la oportunidad reputacional que se ha potenciado para el cobre, con lo que la disposición a valorarlo y considerarlo como un material válido y valioso, se ha incrementado.
¿Cuáles son los desafíos que nos deja esta pandemia respecto a los usos del cobre?
Un importante desafío es el posicionamiento y la penetración de mercado del cobre como elemento clave en el sector de la salud y en otros sectores como el sanitario, atendiendo a las ya demostradas beneficiosas propiedades del metal en el combate de enfermedades virales y bacterianas. Si bien el uso del cobre en infraestructura hospitalaria y sanitaria es acotado, es posible que esta pandemia potencie nuevas áreas de uso del cobre y con ello su demanda.
Además del cobre, ¿Qué otros metales y minerales presentes en Chile pueden tener un nuevo uso que permitan crear nuevas industrias asociadas a ellos?
Además de cobre, Chile es un país con abundancia de litio, molibdeno y renio, y con un interesante potencial geológico de oro.
En cuanto al litio, el mayor motor de la demanda proviene de baterías, actualmente impulsado por el desarrollo de vehículos eléctricos. Sin embargo, los avances en el desarrollo de la industria energética limpia, basada en tecnologías renovables no convencionales, requieren de la masificación de medios de almacenamiento energético, los cuales podrían ser intensivos en el uso del litio.
En el caso del renio, cabe destacar que Chile posee la mayor producción minera y las más grandes reservas del metal, íntimamente asociado a pórfidos de cobre y obtenido desde el procesamiento del concentrado de molibdeno. Este elemento se utiliza en mayor medida en superaleaciones para la industria aeronáutica, así como en materiales avanzados y tecnologías de variada índole.
Finalmente, el cobalto es un elemento que podría ser clave en la elaboración de baterías eléctricas en el mediano plazo, sin embargo, si bien Chile posee potencial geológico, no cuenta con reservas estimadas en este elemento.
¿Cómo las nuevas tecnologías que están tomando fuerza a nivel mundial pueden contribuir a potenciar el uso del cobre y otros minerales como el litio, con importantes reservas en nuestro país? ¿Qué podemos hacer como país para aprovechar este escenario mundial?
Sin dudas las nuevas tecnologías en materia de energías limpias y electro movilidad suponen un incremento creciente en la demanda de cobre y litio, de los cuales un país productor como Chile se podría beneficiar vastamente.
En este sentido, una expansión sostenible y competitiva de estos sectores podría contribuir a generar crecimiento económico, empleo, e ingresos fiscales, sumados a encadenamientos productivos y desarrollo tecnológico vinculado a estas dos industrias. Esto, siempre y cuando las políticas públicas, el contexto regulatorio y la estabilidad del país sean lo suficientemente efectivas para atraer y mantener inversiones mineras.
Fuente: Corporación Alta Ley