A favor
1. La demanda china
En las últimas semanas los elementos coyunturales son los que más han pesado, impulsando el precio del cobre sobre los USS$4 la libra. Principalmente, las mejores perspectivas de la economía china y mundial. “China muestra una sostenida y generalizada mejora. Y la inversión ha sido el principal motor, especialmente la ligada a la infraestructura pública”, dice Claudio Valencia, director ejecutivo de 1st Quartile Mining. “Eso ha beneficiado a las importaciones de cobre”, agrega.
2. Una razón estructural
A nivel más estructural, el principal factor que hace pensar que se viene un nuevo superciclo es la demanda adicional por cobre, que se está comenzando a generar y se espera que incremente, debido al impulso de las energías verdes, dice Juan Carlos Guajardo, director ejecutivo de Plusmining. Este es uno de los factores que más motiva a los bancos de inversión. En JP Morgan creen que se está entrando en un nuevo superciclo, según publicaron en febrero, y que los precios se dispararían por “consecuencias no intencionadas” de la lucha contra el cambio climático: la demanda por cobre aumentaría dado su uso en infraestructura de energía renovable, baterías y vehículos eléctricos. Otros bancos como Goldman Sachs y Bank of America se suman al optimismo.
3. La altísima liquidez
Pero también hay factores más financieros. Los paquetes de estímulo delos diferentes gobiernos, para salir de la crisis económica, también impulsan el precio del cobre. El exceso de liquidez, explica Guajardo, lleva a que los inversionistas busquen retornos más atractivos que los que entregan instrumentos tradicionales. “Eso ha llevado a una racha alcista las cotizaciones de materias primas”, dice.
Estos planes de estimulo tienen, además, efectos secundarios que también impulsan al precio. El primero es el riesgo de mayor inflación (al haber más dinero para consumo), que mueve a los inversionistas hacia materias primas. “Sirven como refugio contra un periodo de perspectivas inflacionarias”, dice Andrés Abadía, economista de Pantheon Macroeconomics. Segundo, un bajo precio del dólar abarata los costos de los commodities para los países que no usan esa moneda. “Esto eleva la demanda y es un factor que se vio en el ciclo pasado”, dice Valencia.
En Contra
1. Impulso verde a medias
Pero el optimismo de Wall Street, que ha llevado a los fondos de inversión a apostar por un nuevo superciclo, podría no justificarse, pues el impulso “verde”, dice Guajardo, tiene contradicciones. Factores como la electromovilidad podrían impulsar la demanda, pero aún no es un hecho y otros elementos, como el impulso del reciclaje, podrían contenerla. “Podría haber más materia prima disponible a través del reciclaje”, dice. “Grandes compañías ya han planteado consumir solo productos reciclados”.
2. Las transiciones chinas
Uno de los principales factores globales que podrían deshacer la teoría del superciclo lo explican las transiciones esperadas en la economía china.
La primera es desde un crecimiento impulsado por el desarrollo industrial a uno basado en los servicios y el consumo. “Esto conducirá a una desaceleración en las tasas de crecimiento de la demanda china de cobre”, dice Erik Heimlich, analista del CRU. La segunda es una búsqueda por “desapalancarse”, dice Abadía. “La construcción está bajo presión y no creemos que vuelva a crecer de la forma en que se hizo en ciclos pasados”, agrega. Y se suman rumores de que el gobierno chino compró mucho cobre el año pasado, aprovechando los precios bajos, lo que limitaría la demanda en el corto plazo.
3. Hay más proyectos
La oferta tampoco estará tan estrecha como para impulsar un superciclo, a juicio de Heimlich: “Hay muchos nuevos proyectos que comenzarán a funcionar en los próximos 2 a 3 años”. Y la caída que sufrió la inversión minera se ha dado en mucho menor medida que la previa al superciclo de la década del 2000. “Ha sido menos de una década, no se puede comparar con los elementos que sustentaron el superciclo anterior”, dice Guajardo.
4. Contradicciones financieras
Los factores financieros también tienen contradicciones, sobre todo, porque no se tiene claro cuánto duraría el exceso de liquidez. “Perdura mientras los países mantengan los estímulos; yo estimo que será unos años, pero es un fenómeno con muchos riesgos: encuba desequilibrios que pueden desencadenar crisis financieras o correcciones violentas”, dice Guajardo. Un ajuste ya se vio la semana pasada con la caída del cobre a menos de US$ 4.
Los temores inflacionarios también podrían desvanecerse. “Son prematuros y no son suficientes para impulsar un superciclo”, dice Heimlich. Y las fechas no cuadran. “Los superciclos tardan más de 20 años de un máximo a otro, son eventos de larga duración”, agrega. “El reciente repunte ha sido impulsado por factores que son más transitorios que duraderos”.
Fuente: La Segunda