La duda está en que si esta alza en el precio del metal se debe a razones estructurales o bien es solo de corto plazo. Por ello, el gobierno quiere tener más antecedentes sobre la mesa para tener certeza de que existe un cambio de largo plazo.
El fuerte aumento que ha tenido el precio del cobre desde comienzos de año llegando a mediados de febrero a US$4,36 la libra, su mayor nivel desde el 2 de agosto de 2011 abrió el debate sobre si existen razones estructurales para pensar que el valor se mantendrá alto y si se está o no frente a un nuevo superciclo.
El debate entre los expertos está abierto y es por ello que el gobierno quiere tener más antecedentes sobre la mesa para tener certeza de que es un cambio que perdurará en el tiempo.
Esto es precisamente lo que está analizando el Ministerio de Hacienda para definir si convoca o no de emergencia al comité de expertos del precio del cobre de largo plazo.
Si bien el valor ha descendido de su máximo de febrero, se mantiene firme sobre los US$4 la libra y las perspectivas de los analistas es que se mantendrá alto por un buen tiempo.
En Hacienda afirman que se están analizando distintos escenarios para el cobre, realizando supuestos y reuniendo información. “Estamos revisando los antecedentes. Tiene que haber un cambio estructural en el precio del cobre para hacer un llamado y eso es lo que estamos evaluando: saber si hay elementos suficientes que ameriten hacer un llamado”, mencionan en Teatinos 120.
Sobre este punto argumentan que se barajan dos opciones: que Hacienda internamente determine si hay un cambio estructural o bien invitar al comité de expertos para que ellos lo analicen y entreguen su recomendación.
Todavía no hay una decisión tomada, pero lo plazos se acortan, puesto que cualquier nueva citación debe definirse pronto, entre marzo y no más allá de abril, ya que de no ser así pierde efectividad, puesto que en julio se debe reunir nuevamente este comité en su convocatoria habitual para el cálculo del cobre para el presupuesto 2022.
El precio de referencia del cobre de largo plazo para este año quedó fijado en US$2,88 la libra. Por cada centavo de dólar adicional que sube el precio del cobre, el fisco recauda cerca de US$20 millones adicionales. Por ello, si llegara a elevar el precio de largo plazo, el fisco tendría mayor espacio fiscal estructural para proyectar mayor gasto, o bien reducir el déficit estructural. Para este año, la proyección que tiene Hacienda es de -4,2%.
En términos del precio efectivo, la proyección inicial que hizo el gobierno para elaborar el presupuesto 2021 fue de US$2,88, luego en el Informe de Finanzas Públicas (IFP) del cuarto trimestre lo elevó a US$3,35. En lo que va del año el precio promedio es de US$3,81 la libra. De terminar así el año, el fisco tendría US$1.860 millones extras en comparación a la primera estimación realizada, y US$920 millones si se considera la actualización realizada.
Los expertos que integran el comité anticipan que no es recomendable llamar de “emergencia” a este grupo, puesto que se trata de ingresos estructurales y por ende sus cambios no son de corto plazo.
Juan Carlos Guajardo, director ejecutivo de Plusmining, sostiene que “no es bueno llamar al comité de manera extraordinaria. La proyección que se realiza es de largo plazo y ella debiera mantenerse. Si se quiere mejorar la proyección del comité sería mejor que se sincerara y se trabajara en una solución institucional, pero convocatorias extraordinarias no me parecen el camino”.
Mientras que Álvaro Merino, gerente de Estudios de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), subraya que “citar a los integrantes de los citados comités ante cambios bruscos, transitorios y de corto plazo, particularmente en la cotización del cobre, sería una medida que le restaría credibilidad a la regla de balance estructural, si se modifican los parámetros con que se elaboró el presupuesto fiscal”.
En ese sentido, añade que “se debe tener presente que si el precio efectivo del cobre es mayor que el valor proyectado, ello va a contribuir a elevar los ahorros del fisco, en caso contrario se podrá hacer uso de las reservas para hacer frente a los compromisos de gastos”.
Macarena García, economista de Libertad y Desarrollo (LyD), refuerza la idea al puntualizar que “no hay claridad todavía si el alza del precio es transitoria o algo más permanente”. No obstante, añade que “aunque hubiera un cambio estructural no sería recomendable modificar el precio, ya que hay una institucionalidad que nos protege de esta evoluciones de corto plazo”.
Para García el problema está en que “si por un lado el precio del cobre sube, se subirá el gasto, pero no es claro que cuando pase lo contrario, cuando el precio baje se vaya a hacer lo mismo corrigiendo a la baja y por ende reducir el gasto”. Enfatiza que “la regla nos protege que el precio de largo plazo no se acerque al de corto plazo”.
Fuente: La Tercera