En las últimas décadas, la normativa chilena que fiscaliza el cierre de las faenas -desde su estabilización química y física- se ha vuelto más estricto. En 2012 se implementó el compromiso para incluir la preservación del medio ambiente luego de que su vida útil finalizara.
En otros capítulos de Minería 360 hemos conocido los procesos que están realizando varias faenas en el país, con el objetivo de mitigar su impacto ambiental en la zona que se encuentran. Ahora, conoceremos cómo es el proceso de su cierre, uno que durante las últimas décadas se ha vuelto cada vez más estricto, con el objetivo de asegurar las garantías de protección a la comunidad.
Hasta 1994, en nuestro país no existía una norma jurídica que estipulaba las regulaciones del cierre de las faenas minera, tuvimos que esperar años, hasta 2011, momento en que la ley ambiental 19.300 se comenzó a utilizar para monitorear el cese de actividades de Mina El Indio o la Mina Lo Aguirre, por ejemplo.
“Probablemente minería fue el primer sector productivo que incorpora normas ambientales (…) Cuando la empresa se acercara al cierre dos años antes por lo menos tenía que presentar su plan de cierre”, señaló Juanita Galaz, directora ejecutiva de Minería y Medioambiente MYMA.