Aunque con realidades diferentes, ambos países se mantiene bajo los niveles que se vieron durante 2019, presionando la cotización del metal rojo.
Por Tomás Vergara P.
Una de las razones que está impulsando el precio del cobre -que cerró el mes de enero con el promedio más alto en más de dos décadas y que por estos días se cotiza en US$ 4,43 cada libra- son las restricciones que existen a nivel de oferta en los distintos mercados, incluyendo a los dos principales productores: Chile y Perú.
Según las últimas cifras de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), el indicador anual retrocedió un 1,9% al cierre del 2021, principalmente por disminución de las leyes del mineral y por impactos por retraso en nuevos trabajos a causa de la pandemia, lo que según cifras de la agencia estatal, al mes de noviembre de 2021 hizo caer la participación de Chile en el mercado mundial del cobre desde un 28% a un 26,3%, en comparación con un año atrás.
En el listado destacan los casos de Minera Escondida, principal productora de cobre a nivel mundial, que vio caer su producción durante el último ejercicio en un 14,8%, lo que significa unas 176 mil toneladas de mineral menos y que llevó a la empresa a completar poco más de 1 millón de toneladas. Dentro del listado de las mineras más grandes del país también retrocedió Los Pelambres, cuya producción disminuyó en un 9,6%, es decir, en unas 336 mil toneladas.
En el caso de la estatal Codelco, de los Bronces y Collahuasi, los niveles de producción se mantuvieron prácticamente iguales al ejercicio anterior.
En ese escenario, si bien el gran logro de la industria nacional ha sido mantener la continuidad operacional, pese a las exigencias por la pandemia, el efecto de menores dotaciones se seguirá viendo en todo lo que queda del año, especialmente por el impacto de la variante Omicron, pese al aprendizaje que han significado los dos años de pandemia para la industria.
«Chile aplicó distintos protocolos para mantener la continuidad operacional y para evitar las detenciones que se vieron en empresas de otros países que todavía están pagando; en el caso de Chile esto ha sido parcelado, aunque se va a mantener, porque la continuidad operacional tiene el costo de diferir los planes de desarrollo mineros. Las empresas no han podido mantener su producción como la tenían antes, por lo que siempre va cayendo lentamente», explica el director ejecutivo de Plusmining, Juan Carlos Guajardo.
El caso peruano
En tanto, la industria minera de Perú, segundo productor de cobre a nivel mundial, mostró una importante recuperación durante el último ejercicio, luego del impacto de la pandemia y la detención de faenas que se vio en ese país por orden de las autoridades, que mantuvo detenidas las operaciones prácticamente por tres meses.
Así, según cifras del Ministerio de Energía y Minas (Minem) del vecino país, al mes de diciembre, la producción cuprítera de Perú reportó un aumento de 6,9%, en comparación con similar periodo del año previo, llegando a 2,3 millones de toneladas, lo que se explica por el mejor desempeño de faenas como Antamina y Cerro Verde, que en el último mes del año alcanzó su nivel de producción de cobre más alto desde inicios de 2021.
Estas cifras de crecimiento se dan, pese a que en diciembre de 2021 se registró una disminución interanual de 5,5%, causado por los bloqueos en Apurímac, donde opera Minera las Bambas, que si bien logró desactivar el conflicto hacia fines de mes, por estos días nuevamente presenta complicaciones, que podrían llevar a un cese de operaciones el 20 de febrero.
No obstante, aún no se logran los niveles previos a la pandemia, por ejemplo, la producción en 2019 llego a 2,45 millones de toneladas, un 6,7% mayor a lo visto en el último ejercicio.
«Si salimos de la pandemia un factor diferenciador del mercado peruano son los conflictos comunitarios, eso está muy difícil, porque tiene un origen político. El problema es que las comunidades tienen grandes expectativas de lo que puede significar el gobierno de Pedro Castillo, que fue electo con esos votos, entonces es muy difícil controlar esas expectativas y poner un cierto orden, por lo que el conflicto no se logra cerrar y se mantiene abierto por distintos lados», añade Guajardo.
Respecto de la producción del último año, las autoridades peruanas destacaron el aporte del proyecto Mina Justa, ubicada en el distrito de Marcona, y en donde uno de los propietarios es Empresas Copec, a través de su filial Minera Alxar.
La iniciativa registró su primera producción de concentrado de cobre y plata en julio de 2021, lo cual contribuyó en el nivel producido a nivel nacional de ambos metales. «Mina Justa, operado por Marcobre, se mantuvo como la octava empresa con mayor producción de cobre a nivel nacional. Precisamente, en diciembre reporto su sexta producción de cobre», detallaron desde el Minem.
Conflicto
En Perú, las mineras han tenido que enfrentar diversas dificultades con comunidades locales.
Fuente: Diario El Mercurio