La empresa llegó a un acuerdo para adquirir una participación mayoritaria de la mina Caserones, lo que significa una inversión de al menos unos US$2.000 millones.
Por James Attwood
La compra por parte de Lundin Mining Corp. de una participación mayoritaria en una mina de cobre chilena por un total de US$950 millones es la señal más fuerte hasta ahora de una reducción del riesgo político en la nación sudamericana.
El acuerdo por los Caserones anunciado el lunes por la noche significa que Lundin invertirá al menos US$2.000 millones en un distrito minero que abarca la frontera entre Chile y Argentina, dijo Juan Carlos Guajardo, quien dirige la consultora Plusmining.
«Esta enorme inversión habla por sí sola», dijo Guajardo en un mensaje de texto. «Tienen una percepción de riesgo tolerable para Chile y Argentina».
Las credenciales de Chile como un país favorable a los inversionistas se pusieron a prueba después de que un estallido de disturbios sociales en 2019 condujera a iniciativas para redactar una nueva Constitución y diera paso a un Gobierno izquierdista que prometía una radical reforma fiscal. Los cambios, que incluyeron un nuevo nivel de regalías sobre la minería, llevaron a empresas como Lundin, BHP Group y Freeport-McMoRan Inc. a decir que no se embarcarían en nuevas inversiones hasta que mejorara el entorno político y regulatorio.
En el último tiempo, las tensiones han disminuido un poco, luego de que un proceso constitucional inicial diera paso a un formato más conservador y después de que el Gobierno pareciera abrir la puerta a más concesiones en su proyecto de ley de royalty minero.
Sin duda, es posible que el acuerdo de Lundin, con sede en Toronto, para comprar el 51% de la compañía que opera Caserones a la japonesa JX Nippon Mining & Mtals Corp. diga más sobre la perspectiva favorable del cobre en la transición energética y el relativo atractivo de comprar minas antiguas en lugar de construir nuevas.
Aun así, también es una apuesta de casi US$1.000 millones de que el mayor país productor de cobre en el mundo podrá sortear las presiones sociales y políticas sin cambios radicales que perjudiquen su competitividad. «También dice que la empresa se siente cómoda con la dinámica política actual y que Chile protegerá una de sus industrias clave«, dijo el analista de BTG Pactual César Pérez-Novoa.
Fuente: Bloomberg en Línea