De mantener estos niveles en los próximos meses, los pagos al fisco podrían superar lo alcanzado en 2023. Este año también entró en vigencia el royalty minero.
Por Tomás Vergara P.
El buen momento que atraviesa el precio del cobre comienza a beneficiar las estrechas arcas fiscales, situación que anticipan los resultados de las mineras privadas al cierre del primer semestre.
En ese lapso, ocho de las 10 mineras privadas más grandes – aún faltan los reportes de Minera Escondida y Spence – totalizan un pago de impuestos (incluido el royalty) superior a los US$ 940 millones. La suma se compara positivamente con el mismo período de 2023, cuando este grupo de empresas desembolsó US$ 626 millones.
Hasta ahí, se trata de un incremento de 51% interanual, según una revisión realizada por «El Mercurio a los estados de resultados informados por las empresas y los reportes presentados hasta el momento a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF).
En los casos de las mineras Escondida y Spence, hasta el primer trimestre acumulaban en conjunto tributos por US$ 380 millones.
Así, en total hay hasta ahora al menos US$ 1.320 millones tributados por la gran minería privada. De continuar a este ritmo, el sector podría terminar 2024 con una cifra superior a los US$ 2.812 millones de 2023. Según proyecciones de la Dirección de Presupuestos, la tributación de este grupo de privadas llegará a US$ 3.435,9 millones este año, o 41% más que en 2023.
Las cifras hasta ahora resultan coherentes con aquel escenario fiscal. En todo caso, aún quedarían por detrás de los US$ 4.660 millones que pagaron en impuestos en 2022.
El director ejecutivo de Plusmining, Juan Carlos Guajardo, sostiene que «hay un importante aumento de producción que es una buena base, pero hay que observar otras variables como los niveles de precios y costos en el período».
Los factores del alza
En el primer semestre de este año la producción de este grupo de compañías se elevó en 13%, hasta las 897 mil toneladas de cobre fino. En la primera mitad de 2023 había caído.
El aumento más significativo entre las empresas que ya han reportado es el de Quebrada Blanca, operada por la canadiense Teck. Con la entrada en operación de su fase 2, sumó 90 mil toneladas de cobre. No obstante, y producto del encarecimiento que tuvo la iniciativa, presentó pérdidas por US$ 376 millones en enero-junio (tributación negativa).
Asimismo, a junio, la cotización del cobre promedió US$ 4,12 por cada libra. Fue un aumento de 4,5% respecto del ejercicio previo, lo que impulsó los ingresos de las compañías.
A nivel de industria, la mayoría obtuvo utilidades. Suman ganancias para el período por US$ 1.249 millones. La cifra representa un crecimiento de 13% en relación con el año previo.
No obstante, este incremento ocurre en medio de una presión ejercida por el aumento de los costos de producción de la industria. Según datos de Plusmining, los costos operacionales han crecido un 30% desde el 2020.
«Este factor, junto con precios algo más bajos que los registrados al comienzo de esta década, han hecho retornar los resultados de la minería a los niveles que hubo al final de la década pasada», detalló Juan Carlos Guajardo.
El pago del royalty y su impacto en competitividad
Parte del incremento en el pago de tributos considera que las mineras deben destinar el 1% de sus ventas al royalty, que empezó a regir durante este ejercicio. Este cargo se suma al componente sobre la rentabilidad de la empresa, con tasas que van desde un 8% a 26% de la Renta Imponible Operacional Minera Ajustada (Rioma). El tope es del 46,5%, sumando todos los cargos.
El director de Núcleo Minero, Álvaro Merino, comentó que tras la aprobación del proyecto de royalty se despejó la incertidumbre que existía en el sector. Pero ahora «la carga tributaria a la minería es superior a la vigente en otros distritos mineros que compiten con Chile por atraer inversión para la minería, tales como Perú, Canadá y Australia, cuya carga impositiva es inferior al 46,5% que rige en el país. Esto naturalmente le resta competitividad a Chile en la atracción de recursos de inversión para la principal actividad económica del país».
Juan Carlos Guajardo coincidió en el efecto del royalty. «El impacto final para la competitividad del país dependerá de la suma de otros factores relevantes como la estabilidad institucional, la calidad de los servicios, la productividad de la mano de obra, entre otros factores, lo que requiere un trabajo amplio y sostenido en pos de asegurar el atractivo del sector minero chileno“, aseguró el director de Plusmining.
Fuente: El Mercurio