Expertos critican que hubo pocas propuestas concretas y una serie de opiniones con dudoso sustento técnico.
Harto que desear dejó en materia económica el debate presidencial que reunió a los ocho candidatos en carrera para selecciones de noviembre. Así lo comentaba no hay economistas que siguieron el evento. Si bien sabían de antemano que un formato como en la noche no favorecía la exposición de planteamientos más técnicos, igualmente subrayaron que hubo varios asuntos que, o no se abordaron bien, o simplemente quedaron fuera de la discusión.
Uno de los puntos que más polémica generó fue la situación del mercado laboral. Los dardos, como era de esperar, apuntaron a la candidata del oficialismo y ex ministra del trabajo, Jeannette Jara. Justo en la mañana previa, el Banco Central había publicado su Informe de Política Monetaria, dónde se señalaba qué medidas impulsadas por la cartera, como el alza del salario mínimo por sobre el aumento de la productividad y la reducción de la jornada laboral a 40 horas, habían estado entre las causas del elevado desempleo en el país.
“El sueldo mínimo que tiene una persona que no tiene empleo es cero”, dijo Johannes Kaiser, candidato del Partido Nacional Libertario.
“El desempleo está desatado en Chile, como lo hice el gran profesor David Bravo”, señaló también Franco Parisi, del Partido de la Gente (PDG).
Que lo citaran no sorprendió demasiado Bravo.
“Entiendo que quizá un debate con este formato no es el lugar para un intercambio de ideas específicas, pero uno hubiera querido ver más respuestas con propuestas precisas sobre qué hacer con el empleo”, dijo el director del Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales.
“Encuentro muy positivo que el tema del desempleo tome protagonismo y se vuelva central. Pero ojalá hubiera pasado eso hace dos o tres años, desde que vengo advirtiendo que hay un problema con el mercado laboral. Así no habríamos cometido las equivocaciones que nos llevaron a tomar, por ejemplo, el agresivo aumento del salario mínimo”, agregó a la economista.
Parisi, luego, continué explicando de manera algo confusa que, para lidiar con él “desempleo que está desatado en Chile”, había que “bajar el gasto fiscal, en los tremendos sueldos que pagan los ministros y amigos de los ministros. Y esa plata va a permitir bajar las tasas de interés, reactivar la construcción (…)”. Entre economistas que vieron el debate, esto fue interpretado ya sea como un lapsus o como un argumento incompleto, porque no queda clara la relación entre reducir sueldos de autoridades, las tasas de interés y la reactivación de la construcción.
Otro episodio criticado, especialmente en el mundo minero, fue cuando el candidato independiente Harold Mayne-Nicholls afirmó, con convicción, que “hay un decreto presidencial, que cuando exportamos concentrado de cobre, no cobramos el paladio, el platino, el cobalto, ni 14 minerales más, entre ellos también el rodio, que vale 300 veces más que el cobre”.
Juan Carlos Guajardo, fundador de Plusmining y ex director de Cesco y de Estudios de Cochilco, matiza: decir eso es una verdad incompleta de la historia. Es cierto que en las exportaciones de concentrados hay trazas de muchos minerales. Eso es normal. Es parte de los componentes geológicos que se explotan, pero de ahí a decir que se regala, es simplemente un error conceptual. Son tranzas pequeñas, y la recuperación es muy cara, compleja y se hace en muy pocas fundiciones alrededor del mundo, después de invertir muchísimo dinero y tiempo”.
Kast vs Matthei por gasto público
Uno de los momentos interesantes de el debate en materia económica fue cuando Matthei le preguntó a Kast por los recortes fiscales.
“Nosotros estudiamos mucho porque queríamos cortar más de US$2 mil millones”, dijo Matthei, y continúo:”pero vimos que no era posible. Entonces, me encantaría que pudieras explicarle a los chilenos cómo llegar a los US$6 mil millones” que plantea recortar el equipo del republicano.
Kast argumento, entre otras cosas, que el Consejo Fiscal Autónomo (CFA) ya había planteado recortar US$5 mil millones y ahora US$6 mil millones, a lo que Matthei le replico: “no, el CFA planteó US$2 mil millones”.
“Para citar al CFA, recomiendo antes leer el informe”, dice el ex Dipres de Piñera, Matías Acevedo. Ahí, comenta, “se señala que se requiere por una vez un ajuste de gasto permanente por US$1.129 millones. Y en el peor de los casos, de US$1.927 millones”.
Acevedo explica que la confusión suele darse porque, claro, un recorte de US$2 mil millones en el primer año de gobierno, que se mantenga en los años dos, 3:04, se podría contabilizar como US$8 mil millones, pero otra cosa es hacer un ajuste de US$6 mil millones el 18 meses, como plantea Kast.
“Ahí recibió un golpe Kast”, concuerda a la economista de Forecast Consultores, Ángel Cabrera. “No pudo responder como iba a cortar esos US$6 mil millones de forma con Vincent. Quizás fue porque estos temas no son su fuerte, o porque simplemente no se puede recortar ese montón en ese plazo, o no sabe cómo lo hará”.
Fuente: La Segunda