Sobre la base de un nuevo año que presenta nuevas oportunidades para la inversión y el crecimiento de la minería, las miradas sectoriales convergen en la importancia de una estabilidad jurídico-político-económica en Chile.
Diez son las iniciativas que se consideran para este año según el catastro “Inversión en la minería chilena – Cartera de proyectos 2022-2031”, elaborado por la Comisión Chilena del Cobre, las cuales se avalúan entre todas en un monto de MMUS$12.070.
Según destaca el reciente informe publicado por Cochilco, Quebrada Blanca Fase II (QB2) de Teck, es el proyecto que ostenta ser el de mayor inversión para 2023, estimado en MMUS$ 6.160; le sigue con una proyectada inversión de MMUS$ 2.200 el proyecto Ampliación Marginal Los Pelambres Fase I (INCO) de Minera Los Pelambres (AMSA); en tercer lugar figura la iniciativa Rajo Inca de División Salvador de Codelco, avaluado en MMUS$ 1.371.
En cuarto lugar se posiciona Salares Norte de Gold Fields con MMUS$ 1.021 estimados a invertir, luego se encuentra el proyecto Lixivación de Concentrados operado por Ecometales Limited considerado en MMUS$371; tras él está Collahuasi Inst. Comp.170 KPTD de Doña Inés de Collahuasi avaluado en MMUS$302; en séptimo lugar – según inversión de este año- se encuentra Plan de Desarrollo Michilla de MMUS$23.5 del Grupo Haldeman Mining Company (HMC).
También destaca en la cartera de proyectos mineros 2023. Continuidad Operacional Zaldívar avaluado en MMUS$190 de la Compañía Minera Zaldívar; Collahuasi Ajustes Inst. Comp. 170 por MMUS$120 de Doña Inés de Collahuasi, y Continuidad Operacional Carmen de Andacollo de Teck, que contempla MMUS$100 en inversión.
Mirada sectorial
De acuerdo a la visión del analista de la Comisión Chilena del Cobre, Cristián Cifuentes, “2023 será un año importante en términos de producción de cobre en Chile. Proyectos destacados como QB2, Collahuasi Instalaciones Complementarias a 170 ktpd y las continuidades operacionales de Carmen de Andacollo y Zaldívar deberían ver la luz. Los dos primeros podrían impactar positivamente la producción cuprífera nacional”.
“Si bien también se estima la entrada de Rajo Inca y la Ampliación Marginal de Los Pelambres, probablemente dichas iniciativas no terminen su ejecución antes del cierre del próximo año debido a las complicaciones que han tenido en los últimos meses”, declara Cifuentes a MINERÍA CHILENA.
Si bien, existe un cronograma para la realización y materialización de los proyectos mineros, la realidad es que cada año surgen sucesos que pueden incidir en el avance de las iniciativas consideradas.
Percepción desde Cochilco
El analista de Cochilco sostiene que “si bien las condiciones del mercado internacional de los commodities han sido complejas, la última actualización de la cartera mostró un gran interés de las compañías por seguir invirtiendo. El Catastro de Proyectos Mineros elaborado por Cochilco contabilizó 9 iniciativas adicionales, en diversas etapas de desarrollo, totalizando 2 proyectos más que los catastrados anteriormente (53 proyectos en esta cartera versus 51 de la cartera anterior)”.
En este escenario, deja entre ver también que “el gobierno y distintos analistas han concordado que este año será complejo económicamente y la minería no está exento de ello. Sin embargo, ya se ha visto en el 2022 el inicio de iniciativas de litio y proyectos de mediana minería aprobados medioambientalmente, lo que podría perfectamente suceder también este año”.
Lupa del Especialista
Otra opinión no alejada de un complejo escenario, es la del Analista de Industria Minera de Plusmining, Nicolás Muñoz, quien dice que “en materia de generación y tramitación de proyectos mineros, aún vemos un panorama lento para el año 2023, explicado por varios factores, pero especialmente por la cautela de las compañías mineras ante el proceso de cambios políticos en Chile”.
En general, percibimos una señal de cautela por parte de los tomadores de decisiones para iniciar la etapa inversional en proyectos mineros en Chile, especialmente en aquellos que se encuentran en fases más avanzadas, en cuanto a estudios técnicos y ambientales. En etapas anteriores, especialmente estudios, se mantiene una buena actividad.
También hay que destacar que este año, el monto de inversión asociado a los proyectos mineros ingresados al Servicio de Evaluación Ambiental ha sido particularmente bajo. Durante el 2022, el monto total de inversión no supera los US$1,400 millones. Mientras que la inversión anual promedio en los últimos 5 años (2017-2021) rondaba los US$6,000 millones (una caída del 77%).
Considerando el actual panorama chileno con los factores mencionados, el especialista afirma que “lo más importante es que el país entregue las señales correctas para atraer la inversión en minería. Para ello es urgente que se definan oportunamente las reglas del juego que permitan el desarrollo de la industria minera, de tal manera de brindar un mayor grado de certeza a los tomadores de decisiones, que incluye a inversionistas mineros y los distintos actores ligados al negocio”.
“En línea con lo anterior, los aspectos que más preocupan actualmente corresponden al tema constitucional, el acuerdo del royalty minero, y la interacción con las instituciones ambientales”.
“Por otro lado, en una perspectiva de mediano y largo plazo, es importante el desarrollo de exploración minera, en todas sus etapas, de tal manera de promover el enriquecimiento de nuestra cartera de nuevos proyectos mineros, la cual ha perdido competitividad en el último tiempo, respecto a nuestros vecinos como Perú y Argentina”.
Proyecto Blanco
Al margen de los 10 proyectos que entrarían en marcha este año, catastrados por Cochilco, ya comenzamos a ver actividad de iniciativas a desarrollarse el 2024, como es el caso del Proyecto Blanco, el cual inició sus obras, según informó la Minera Salar Blanco. Éste que considera la producción de litio, se encuentra ubicado a170 kilómetros al noroeste de Copiapó y cubre 2.563 hectáreas en el Salar de Maricunga. El Proyecto Blanco exhibe ser la operación de litio más avanzada de Sudamérica y será la primera de la Región de Atacama y la tercera a nivel nacional.
Según detalló la empresa, la inversión inicial es de USD 700 millones, generando una actividad económica para Atacama y el país que se estima en US$ 2.100 millones. Se estima que producirá anualmente 20.000 toneladas de carbonato de litio de la más alta ley durante 20 años, que corresponde a la vida útil de las pertenencias de Minera Salar Blanco.
Visión Sonami
Una mirada similar a las recientemente expuestas, es la del gerente de Estudios de la Sociedad Nacional de Minería, Sonami, Álvaro Merino, quien puntualiza en Minería Chilena, que “de acuerdo a información de Cochilco, hay una carpeta de inversiones por US$74.000 millones para la minería en Chile para el periodo 2022 – 2031, de los cuales, US$65 mil millones se destinarían a cobre“.
Añade que “es oportuno destacar que el 30% de la inversión minera proyectada se destinaría a la región de Antofagasta, el 26,5% a Atacama, el 13,8% a Tarapacá, el 10,2% a Coquimbo, mientras que el 19,5% se invertiría en las otras regiones”.
En esa línea, Merino manifiesta que “sin embargo, conforme a estadísticas de la Corporación de Bienes de Capital (CBC) la inversión minera caería fuertemente en 2023, respecto del año pasado, pues se estima un retroceso de 39,8%, pasando de US$ 5.970 millones en el 2022 a US$ 3.594 millones en el presente año”.
Para avanzar en materia de inversión de proyectos mineros considerando el complejo panorama económico que se ha proyectado a nivel mundial, el Gerente de Estudios señala que “se estima necesario despejar las incertidumbres, agilizar el otorgamiento de permisos y generar una más expedita tramitación de proyectos junto con impulsar cambios en nuestra legislación que otorguen mayores grados de certeza jurídica, en este proceso”.
“Es clave contar con certeza jurídica y estabilidad en las normas que regulan la actividad”, enfatiza.
Se debe tener presente que, cuando se hace una inversión en un país determinado, no sólo hay que centrar la atención en los costos, sino también en el marco institucional, jurídico, económico y político, y en este sentido, Chile generó confianza, estabilidad y seguridad, elementos claves para atraer la inversión, especialmente en la minería, cuyos proyectos se desarrollan en el largo plazo.
También debemos despejar las incertidumbres en el ámbito tributario, pues si la normativa impositiva eleva sustancialmente la carga, restando competitividad al sector respecto de otros distritos mineros, naturalmente que la inversión se va a contraer y fluirá hacia otros destinos, como país habremos perdido la oportunidad de aprovechar el futuro promisorio que ofrece a la minería la electromovilidad y el desarrollo de energías limpias.
En conclusión, el ejecutivo comenta que “la historia reciente de las últimas tres décadas es clara y precisa, en el sentido que nos muestra que el marco institucional y jurídico de la minería ha generado confianza, estabilidad y seguridad, elementos claves para atraer la inversión, especialmente en este sector, cuyos proyectos se desarrollan en el largo plazo”.
“Por tanto, como país debemos perseverar por una institucionalidad que otorgue seguridad jurídica y económica, además de la necesaria estabilidad que requiere la inversión minera debido a los relevantes montos de recursos involucrados y al largo periodo de maduración”, culmina Merino.
Fuente: MCH
De Izq. a Der.; Cristián Cifuentes, analista Cochilco; Nicolás Muñoz, analista de Industria Minera Plusmining; Álvaro Merino, gerente de estudios de la Sonami.