Estrategia del litio: SQM se desploma en bolsa, Albemarle dice estar tranquila y ya hay interesados

Analistas sostienen que aumentó la percepción de incertidumbre y riesgo sobre la compañía.

Por Equipo Economía

El mercado fue severo esta mañana contra SQM. Para los inversionistas, la minera no metálica se convirtió en la mayor perdedora con el anuncio de la Estrategia Nacional del Litio que hizo anoche el Presidente Gabriel Boric. Al mediodía, la acción SQM-B, la más líquida de la sociedad, se desplomaba en torno al 9% y llegó a caer un 10,31% retomando precios de cerca de $55 mil por título, que no se veían desde inicios de marzo del año pasado.

La chilena SQM, cuyos principales accionistas son el grupo Calichera (controlado por Julio Ponce Lerou) y la china Tianqi –cuya acción cayó 1% en la bolsa de Shenzhen-, es, junto a la estadounidense Albemarle, la única explotadora autorizada en Chile de litio, mineral considerado estratégico y no concesible por la ley. Ambas operan en el Salar de Atacama, donde se encuentran las mayores reservas del llamado “oro blanco” en el país. La firma chilena, eso sí, cuenta con el 65% de la producción y tiene un contrato de arrendamiento con el Estado chileno que le permite extraerlo hasta el 2030. Albemarle tiene el 35% de la producción y su contrato vence en 2043.

La estrategia presentada por Boric ayer, que pretende llevar a Chile a ser el mayor productor del mundo (hoy es el segundo después de Australia), apunta a producir más litio pero con el Estado como principal actor, y teniendo como preocupación proteger ambientalmente a los salares (donde está el litio).

La estrategia plantea, en el mediano-largo plazo, crear una Empresa Nacional del Litio para lo cual presentará un proyecto de ley en el segundo semestre, que tiene un quórum calificado de 4/7, lo que dada la conformación de hoy del Congreso, enfrentaría una aprobación improbable. También incorpora la posibilidad de alianzas público-privadas para nuevos desarrollos, la utilización de nuevas tecnologías de extracción directa para minimizar el daño ambiental, la incorporación de las comunidades vecinas en la discusión (ver recuadro), y la opción voluntaria de SQM y Albemarle de renegociar sus contratos antes de que venzan.

Fue justamente este último punto el que desató la incertidumbre del mercado. Pese a que Boric dijo que se respetarían los contratos, el de SQM vence en siete años y si no lo renegocia para tener una sociedad con el Estado donde debería ceder el control accionario y solo podría alcanzar hasta el 49,9% de las acciones, de acuerdo al plan del Ejecutivo, debe dejar el Salar de Atacama. Y allí sería el Estado el que tomaría posesión de los recursos, abriendo la posibilidad de asociación con otros actores privados.

“El valor económico de una empresa es el valor presente de los flujos futuros y, a partir del 2030, se calcularía el valor económico de la perpetuidad, cuyo valor caería a la mitad de lo que valía antes. Sin embargo, hay que destacar que existiría la posibilidad de que SQM se asocie al Estado en nuevos proyectos en otros salares”, dijo Guillermo Araya, gerente de Estudios de Renta4 Corredora de Bolsa.

Hasta ahora, SQM no ha emitido declaraciones, pues, dijeron en la empresa, lo están “analizando”. Sólo emitió un informe a la Bolsa de Comercio para explicar el desplome de más del 10% de sus acciones: “aparte del anuncio realizado ayer en cadena nacional acerca de la Estrategia Nacional del Litio, no tenemos conocimiento de otra circunstancia que pueda explicar tal variación”.

“El mercado accionario siempre sobrerreacciona a noticias que generan incertidumbre. Y en este caso no están claras las implicancias de los anuncios. No está claro si van a ser positivos o negativos para SQM”, dijo Aldo Morales, subgerente de estudios de renta variable de Bice Corredores de Bolsa. Plantea que el escenario negativo sería que SQM no pueda extender su contrato más allá del 2030, “porque es esencial para mantener el valor actual de la acción” y seguir produciendo, “aprovechando que es líder en el mercado mundial con uno de los menores costos”.

“El precio del papel de SQM cae por la percepción de riesgo, por la idea de que puede haber una expropiación de valor para SQM en un potencial acuerdo con Codelco, porque tendría un 50% o menos de la explotación actual del Salar de Atacama y la expectativa era que la compañía extendiera su contrato de arriendo más allá de 2030”, señala Germán Serrano, gerente de estrategia de Vantrust Capital.

Pese al descenso accionario, algunos analistas bursátiles plantearon una mirada menos aterradora, sobre todo por el hecho de que se terminara la incertidumbre respecto a lo que el Gobierno querría llevar a cabo con el litio.

“Luego del anuncio de la Estrategia Nacional del Litio, consideramos que se despeja favorablemente uno de los principales riesgos que enfrentaba la compañía, lo que debería destrabar un mayor optimismo para el futuro de la empresa en cuanto a sus operaciones de litio”, dijo Bci Inversiones en un informe.

Albemarle, tranquila

Mientras en SQM no estaban quietas las aguas, en su competidora Albemarle se mostraban mucho menos preocupados. Fuentes de la compañía dijeron que estaban “tranquilos, ya que el contrato con el Estado expira en 2043”. Y a diferencia de algunos expertos y prensa internacional (ver recuadro), dijeron que esto “no se trata de una figura de nacionalización”.

Lo comentó el vicepresidente de Corfo, José Miguel Benavente, en radio Duna: “Albemarle, que es una empresa norteamericana, salió ella misma a aclarar que no hay un proceso de nacionalización, sino de una participación mayoritaria y que probablemente a ellos no les va a afectar porque su contrato vence en 2043”.

Dentro de Albemarle consideran que el modelo propuesto no cambia mucho el escenario ya que explican que “el litio siempre ha sido chileno” y que el Estado actualmente “ya opera como socio”, dado sus contratos de arrendamiento. Sin embargo, la acción de Albemarle también sufría: caía un 6,8% en Nueva York.

Los que sí están interesados

Al menos dos empresas que aún no participan del negocio en Chile, ya han demostrado interés en aprovechar esta ventana de oportunidad de asociación que da el Estado. Y ambas coincidieron en que el anuncio de Boric “va en la dirección correcta”.

Por un lado, Minera Salar Blanco, que cuenta con pertenencias e instalaciones en el Salar de Maricunga pero aún no produce y es controlada por la australiana Lithium Power International, dijo: “Vemos una oportunidad histórica hoy para Chile, y esta estrategia vendrá a acelerar acuerdos público-privados con proyectos reales como el de Minera Salar Blanco, en Maricunga, generando nuevos recursos para el Estado y encauzando también importantes recursos para las regiones donde se localicen y sus comunidades”, en una declaración firmada por su gerente general, Cristóbal García-Huidobro.

A su vez, una compañía norteamericana llamada Sorcia Minerals, que cuenta con la tecnología de “extracción directa” de litio, que es la que el Gobierno pretende impulsar para reducir el impacto medio ambiental, fue incluso más directa: “creemos que podemos ser el socio ideal del Estado en esta nueva era del litio, para explorar y explotar de manera responsable y sostenible cualquier salar de interés en el territorio nacional”.

Las dudas de los expertos chilenos

A la espera de nuevos antecedentes sobre la Política Nacional del Litio, los expertos nacionales plantean sus dudas frente a los roles de los privados y del Estado. La primera es sobre los tiempos, pues el plan podría retrasar más al país en el aprovechamiento del actual boom de precios del metal.

“Chile está, al menos, 13 años atrasado en su estrategia del litio. Más que definiciones y definiciones, se requieren acciones concretas”, alerta Jorge Cantallopts, director ejecutivo de Cesco.

Otra interrogante es si el modelo propuesto es mejor que el actual y el papel que jugarán las empresas privadas. El profesor de la UC Gustavo Lagos dice que “el negocio de SQM es muy grande, es una gran empresa y por más que haya gente a la que no le guste (Julio) Ponce (uno de sus principales accionistas), es el segundo mayor productor del mundo, sabe vender el litio, sabe fabricarlo, es una firma chilena y, por lo tanto, debemos tener eso a la vista”.

Joaquín Barañao, experto de Pivotes, apunta a que la fórmula es “insuficiente” para aprovechar el boom del litio. “La posición minoritaria que tendrían los privados ahuyentará a varias empresas con experiencia en litio que no estarán dispuestas a invertir cantidades importantes para que sea el Estado el que goza de la posición de controlador”.

Coincide Daniel Jiménez de Ili Markets, en que las condiciones para la participación de los privados no son atractivas, salvo para capitales chinos que podrían interesarse en ser minoritarios “y no tendrán problemas para ejercer presión a nivel político en caso de que algo no les guste”.

Para el director de Plusmining, Juan Carlos Guajardo, el modelo no es el óptimo: “Era mejor licitar con altos cobros de impuestos y regalías”.

Fuente: La Segunda