La renuncia del presidente ejecutivo, a menos de un año de asumir el cargo, deja la tarea de su reemplazo en el peor momento. Quien asuma en los próximos meses deberá enfrentarse a una serie de enormes desafíos, en una compañía que arrastra diversos problemas y requiere cambios en 180 grados, opinan los especialistas.
Por Sandra Burgos
La situación de Codelco es compleja y su presidente, Máximo Pacheco, lo ha reconocido desde el año pasado, cuando debió admitir bajas productivas, atraso y alzas de costos en los proyectos estructurales. Todo aquello ha golpeado además los excedentes de Codelco y, por ende, su aporte a las arcas fiscales.
A ese panorama no muy feliz se sumó esta semana la renuncia del presidente ejecutivo de Codelco, André Sougarret, agobiado por un desafío para el que, escribió en público, no era la persona indicada. Ni Sougarret ni Pacheco sienten que el origen de la situación de Codelco sea algo que les corresponda asumir. A sus cercanos, el exministro de Energía, quien asumió en abril de 2022, les ha dicho: “A mí que me juzguen por si soy capaz de revertir esta situación que me han entregado”.
Sougarret asumió el mando a fines de agosto y dejará el cargo ese mismo mes. Habrá cumplido un año y dos días como CEO de la mayor empresa estatal. Su salida ocasionó un ruido inusual y muchos atribuyeron su renuncia a una mala relación con Pacheco, lo que ha sido desmentido por ambos. Tanto ruido que el directorio en pleno, y la plana ejecutiva de la empresa, en otra declaración inusual, este viernes reforzaron las explicaciones de Sougarret y aludieron a la situación de la empresa.
” Los argumentos manifestados por André Sougarret, quien explica su salida por razones personales, merecen todo nuestro respeto”, dijeron sobre lo primero. “En el último año, de forma conjunta, el directorio definió directrices y el comité ejecutivo las ha implementado para resolver las particulares circunstancias que hoy enfrenta la empresa en términos operacionales y de proyectos”, escribieron sobre lo segundo.
Aquello resume en parte los desafíos del sucesor de Sougarret, un nombre que Codelco encomendó buscar a la empresa de head hunter Egon Zehnder y para el que ya suenan candidatos internos y externos.
Juan Ignacio Guzmán, gerente general de GEM Consulting, señala que “el próximo presidente ejecutivo de Codelco se va a enfrentar con la crisis más profunda desde su creación. Codelco está en un estado realmente mal y eso es algo que todavía no está reconocido de buena forma, y cuando uno enfrenta una crisis, lo primero que debe hacer para resolverla es enfrentar el problema”.
Una opinión similar tiene Juan Carlos Guajardo, fundador y director ejecutivo de Plusmining: “Creo que hay que hacerse la pregunta de qué está pasando en Codelco y por qué se ha llegado a una situación crítica. Y la búsqueda de esa respuesta me parece que es una obligación para el directorio y también para el presidente ejecutivo. Y la respuesta probablemente sea muy difícil de asumir, pues creo que está en que la gobernanza no está respondiendo a los desafíos, ya que ha generado un marco que lleva a una mala gestión”.
Con este escenario de fondo, estos son los distintos desafíos que le esperan al reemplazante de André Sougarret.
1. El gobierno corporativo y cómo convivir con un presidente omnipresente
A juicio de expertos, uno de los principales desafíos que tendrá el nuevo presidente ejecutivo es asumir, o cambiar, la lógica con que opera la compañía.
Juan Ignacio Guzmán dice que hasta 2005 Codelco funcionaba con una lógica de empresa estatal, pero con un foco en maximizar el retorno de la inversión para el Estado y, desde ese punto de vista, no había mucha diferencia entre Codelco y una empresa privada. “De ahí en adelante, la empresa se empezó a entrampar políticamente con una serie de acciones que la llevó a tomar, por ejemplo, activos que no tenían ningún sentido económico, como hacerse cargo de Ventanas, en pleno desarrollo de los proyectos estructurales”.
Agrega que los problemas de Codelco no se pueden atribuir a una persona, sino que a un sistema de incentivos en el que ha sido, en los últimos 15 años, prácticamente imposible desacoplar la administración de Codelco del ciclo político del país.
Este tema se repite. Juan Carlos Guajardo lo resume así: “Creo que la clave es que exista más independencia del ciclo político y también reforzar la autonomía de las divisiones”.
A esto se suma que hoy Codelco tiene un presidente, Máximo Pacheco, que es omnipresente, con mucho protagonismo, 24/7, y que toma las riendas cuando aparecen temas estratégicos, como el ingreso de Codelco al negocio del litio, un tema en el que el presidente ejecutivo no ha tenido roles. Según cercanos a la empresa, Sougarret y Pacheco tenían un acuerdo de roles: el primero se preocupaba de la operación, y el segundo, de todo lo que significaba el relacionamiento político y los nuevos temas. En este sentido, expertos señalan que quien llegue a Codelco deberá estar dispuesto a aceptar esa dinámica. En el directorio asumen que el jefe del presidente ejecutivo es ese cuerpo colegiado, pero no niegan que el protagonismo de Pacheco es una dificultad para el reclutamiento de un profesional externo.
Guzmán señala que un punto clave del problema es que el presidente del directorio lo define el presidente de turno, que tiene ideas políticas para Codelco. “Yo creo que ahí hay un error garrafal que hay que corregir: el gobierno corporativo. Este es débil por una razón muy sencilla: en cualquier directorio de cualquier empresa, el presidente tiene más poder que el resto de los directores, pero el presidente del directorio nunca tiene más poder que todos los otros directores juntos. Y en el caso de Codelco se rompe ese punto de vista. El modelo corporativo de Codelco está hecho para que el presidente del directorio tome las riendas de la empresa y, básicamente, haga lo que le digan que hay que hacer. Eso cambia de gobierno a gobierno”.
Por tanto, estima que un presidente ejecutivo no va a durar si al final del día no puede tomar decisiones ejecutivas apoyados por un directorio mayoritario. “El presidente del directorio no debe ser nombrado por el Presidente de la República, debe ser elegido entre los directores de Codelco. Y eso inmediatamente te va a garantizar que, en las decisiones estratégicas de la compañía, sean todos los directores los que tengan voto”, manifiesta Guzmán.
2. Frenar la caída de la producción… y aumentarla
El año pasado, la producción de Codelco llegó a las 1.445.662 toneladas métricas finas, un 10,7% menos que en 2021. La referencia histórica de Codelco es 2015, cuando produjo 1.891.000 toneladas de cobre fino. Tenía el 11% mundial del mercado del cobre, hoy tiene el 6%.
Por tanto, el desafío a corto plazo -señalan al interior de la minera- es frenar la caída de la producción. Lo que se busca es que el registro de 2022 sea el piso y la aspiración es que el 2027 se alcancen 1,7 millones de toneladas. “Quien llegue tiene que frenar esto, porque los números no son muy auspiciosos y ya estamos en junio. Y estar bajo, con una base de comparación baja, es para preocuparse”, dicen en la firma.
En el primer trimestre, la producción alcanzó las 326 mil toneladas de cobre fino, un descenso de 10,5% ante igual periodo de 2022. Según los últimos reportes internos, a mayo las cuatro divisiones registraron caídas en la producción, que hacen temer que este 2023 no se llegue a la producción del 2022.
“Si Codelco hoy día retomara la producción máxima histórica del 2015, para la cual tiene recursos minerales para lograrlo, estamos hablando de producir 550 mil toneladas más, lo que es equivalente a más de US$ 3.000 millones en mayores aportes al Fisco por año”, calcula Guzmán.
Daniela Desormeaux, directora de estudios Vantaz Group, explica que podría haber un repunte de la producción en 2024 o 2025, “por lo tanto, es clave darle prioridad, por un lado, a los proyectos estratégicos que van a venir a reemplazar a antiguas operaciones o depósitos, lo cual va a permitir que Codelco mantenga su capacidad productiva. Pero, al mismo tiempo, en las operaciones actuales es necesario realizar un trabajo en favor de hacerlas más eficientes. Esto claramente es una prioridad”.
Codelco se hace cargo de este punto en su declaración pública del viernes. “Una actividad basada en un recurso no renovable y afectada con una menor ley de mineral, es un gran desafío no sólo de gestión, sino estructural, frente a lo que es imperativo el desarrollo de nuevos proyectos y yacimientos para extender y sostener nuestra operación futura. Y en eso ha estado trabajando estos años la Corporación con toda energía y compromiso”.
3. Sinceramiento de los proyectos estructurales
Para poder llegar a la meta de 1,7 millones de toneladas en 2027 y revertir la situación, el sucesor de Sougarret deberá meterse con todo en los proyectos estructurales como Chuquicamata Subterránea, la ampliación de El Teniente, Rajo Inca, para que pueden cumplir con los nuevos plazos y presupuestos.
Sougarret ya estaba en ello. Inició a fines del año pasado un proceso de reformulación de los proyectos estructurales para adecuarlos a parámetros realistas, pero a la vez exigentes. La persona que llegue, por tanto, debe cerrar esta nueva carta Gantt y tomar decisiones de lo que se debe hacer para cerrar la brecha.
Asimismo, deberá buscar una solución a los sobrecostos de los proyectos estructurales, que en el caso de Nuevo Nivel Mina El Teniente llegó al 75% y en Chuquicamata Subterránea, al 53%, según explicó Pacheco en una presentación ante el Colegio de Ingenieros.
“Lo más importante es determinar la situación de los proyectos, porque es una cantidad de dinero enorme la que hay que destinar a ellos, pero ahora surge la duda de si técnicamente los proyectos podrán completarse adecuadamente”, asevera Juan Carlos Guajardo.
En los últimos 5 años, Codelco ha reducido su producción, pero ha invertido US$ 19.625 millones, “y el resultado es que está produciendo un 20% menos. En la industria privada este resultado no sería aceptable”, asevera Juan Ignacio Guzmán.
4. Fortalecimiento de las divisiones y los equipos
Otro de los temas que estaba trabajando André Sougarret era el fortalecimiento de las divisiones, descentralizando Codelco y modificando prácticas. Al interior de la compañía explican que para conseguirlo se necesita un liderazgo muy fuerte.
La descentralización de Codelco es una cuestión que hace mucho tiempo se persigue sin resultados y por ello quien llegue deberá revisar con qué equipo quiere funcionar. Ante ese desafío cobra más importancia si queda alguien de afuera o de adentro de la compañía.
“Un desafío importante tiene que ver con el equipo, a esto me refiero con la importancia de tener una cohesión respecto de la visión y el propósito, para así mantener el estándar, capacidades y liderazgo de Codelco en la minería del cobre”, expresa Daniela Desormeaux.
Sin embargo, Juan Ignacio Guzmán indica que el tema va más allá de quién llegue. “La solución no es un nuevo presidente ejecutivo, traer a alguien de la altura de Octavio Araneda y André Sougarret. No habrá forma de resolver los problemas más estructurales a menos que se resuelva la crisis interna que tiene Codelco”.
En el último año ha habido una fuga de talento muy grande a todo nivel y esa fuga, desde el presidente ejecutivo para abajo, lleva a que la empresa esté hoy en una situación débil en algunas funciones, opinan los especialistas. “Han tenido que resolver con el equipo que tenían la falta de gente que ha ido saliendo de la organización. El talento se ha ido básicamente por la situación de crisis, por tanto, el tema de fortalecer el equipo es bien importante, pero deben resolver la crisis de fondo”, acota Juan Ignacio Guzmán.
De este tema se hizo cargo el directorio y la línea ejecutiva de la corporación estatal, en su declaración del viernes, en la que calificaron a la rotación de ejecutivos como algo “natural en un semillero de talentos a nivel global como lo es Codelco”.
5. La sustentabilidad
El sucesor de Sougarret tendrá también como desafío la sustentabilidad. El directorio está empeñado en subir los estándares ambientales y comunitarios, por lo cual quien llegue tendrá que ver cómo las metas que estaban proyectadas, en su mayoría para 2030, se aceleren.
Hay algunas que se están pensando adelantar a 2026, otras, a 2027. Por ejemplo, la desaladora en Tocopilla, que tiene que estar a fines del 2025, hasta ahora va en obras menores.
Dentro de Codelco aseguran que es vital porque ya los clientes están pidiendo dejar de lado la utilización de aguas continentales. “El tema de las aguas continentales es una bomba de tiempo, porque hay una tensión permanente con las comunidades, además, los clientes de Codelco, hoy más que nunca en la historia de la minería global, están pendiente de cómo viven las comunidades donde están las faenas y de donde sale el cobre que compran. Ahí hay muchos espacios de mejora en Codelco”, afirman en la compañía.
Daniela Desormeaux explica que la sustentabilidad es un tema clave para la minería. Por un lado, están los compromisos en favor de la descarbonización, y por otro lado el tema del agua. “Aquí es importante el hecho de que Codelco ya anunció y se encuentra desarrollando el proyecto de desalinización para el distrito norte. Esto es crítico, porque efectivamente todas las operaciones mineras van a requerir de nuevas fuentes de agua, ya que no van a poder seguir usando el agua continental. En este sentido, desde el punto de vista de la sustentabilidad, todo lo que tiene que ver con emisiones, descarbonización, el uso de agua, y también otros temas como diversidad e inclusión, son aspectos claves en los cuales se debe seguir avanzando”.
Fuente: La Tercera