La Moneda debe decidir si los ingresos extra por el alza del precio en el metal serán destinados a impulsar la recuperación O para aliviar las arcas fiscales.
En 2005 el cobre, por primera vez en la historia, superaba los US$2 la libra. Era el inicio del súper ciclo de commodities que se extendió por poco más de 10 años y que entregó cuantiosos recursos al Estado. Recursos que se han aprovechado ahora para contener la crisis económica producto del covid-19. Y, cuando se está en medio de lo que se prevé como una recuperación que tomará tiempo, nuevamente el precio del cobre se está disparando, superando los US$3,5 la libra (el precio de referencia de largo plazo usado en el presupuesto 2021 fue US$2,88). Pese a que hay discrepancias entre los expertos acerca de cuánto tiempo durará el actual boom, sí hay coincidencia que al menos por el próximo año el precio se mantendrá alto. Esto es una inyección de recursos que presenta una disyuntiva a La Moneda: ¿ destinar la mayor recaudación a impulsar la recuperación o ahorrar y contener el crecimiento de la deuda fiscal?
Razones del alza
Los factores impulsan el precio del cobre son varios.
A corto plazo, explica Juan Carlos Guajardo, director Ejecutivo de Plusmining, han influido los paquetes de estímulos, que han llevado a inversionistas a comprar commodities, junto a la poca oferta y mayor demanda de China, país que, a su fuerte recuperación económica, suma un foco en el desarrollo interno.
Se suman elementos a largo plazo. El desarrollo de energías renovables y electromovilidad llevará a un aumento en la demanda del cobre. Pero, ajuicio de Claudio Valencia, director ejecutivo de 1st Quartile Mining, hay que ser cautelosos. “No hay que pensar que viene un súper ciclo”, advierte. Dice que si bien hay variables que hacen ver un alto precio, se podría generar mayor oferta en los próximos años, limitando el alza.
Independiente de cuánto dure el cobre por sobre los US$3,5, las proyecciones Para el 2021 y 2022 hablan de un precio alto y eso es sinónimo de mayores recursos para el Estado. Diez centavos de mayor precio promedio anual implican unos US$ 250 millones de mayores ingresos fiscales, explica Hermann González, investigador de Clapes UC. “El precio ha fluctuado en torno a US$ 3,5 la libra y, si se mantuviera a ese nivel el próximo año, generaría US$ 1.500 millones de mayores ingresos. En el escenario que proyecta el Banco Central (US$ 3,2), los mayores ingresos serían entre US$ 750 y US$ 800 millones”, agrega.
“Va a ser una inyección de recursos para el Estado”, dice Guajardo. “Pero tenemos que saber cómo manejarlos”, advierte. Y un alto precio del cobre ya no es Una inyección tan poderosa como lo fue en los años del boom. “El costo de producir no es el mismo que antes. Las utilidades enormes que tuvieron las empresas mineras en el ciclo del boom, no se van a repetir con precios similares ahora”, advierte Patricio Meller, investigador de Cieplan. Y las utilidades son las que definen cuánto recauda el Estado.
¿ Gastar o ahorrar?
Con más recursos para el fisco, el Presidente Piñera se enfrente a una disyuntiva: aprovechar esos recursos para gastar más y terminar de impulsar la recuperación o, más bien, tomar esos recursos como una forma de contener la deuda. Economistas que pasaron por Teatinos 120 y asesores de precandidatos presidenciales, que deberán enfrentar esta disyuntiva en la elaboración de sus programas de gobierno, difieren sobre qué se debería hacer con la inyección de recursos.
Rafael Aldunate, parte del grupo 16 economistas convocados por el Gobierno en representación de RN, cuando Mario Desbordes era presidente del partido, cree que hay que tener un foco en que la deuda como porcentaje del PIB no supere el 45% en 2024. “Al ritmo que vamos será difícil”, admite. Esto, por el aumento del gasto público y las demandas sociales. “Un factor vital es recuperar las reservas en dólares que teníamos el Fondo de Estabilización del Cobre”, dice Aldunate.
Concuerda Hermann González, quien cree que el Presupuesto 2021 es lo suficientemente expansivo y flexible para reaccionar frente a contingencias, por lo que no debería aumentar el gasto. “En la eventualidad que lleguen recursos adicionales, estos permitirían reducir el déficit fiscal”, dice.
Para el ex ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, hay dos topes claros en el uso de los recursos que lleguen por el cobre. “(El Gobierno) tiene que aplicar la regla fiscal que anunció. Parte del aumento de precios del cobre se gastará. Otra parte se ahorrará, lo que permitirá disminuir el déficit”, dice. Y a eso se suma el techo de los US$12.000 millones acordado entre Gobierno y oposición. “Se debe respetar, a no ser que tengamos noticias mayores que ameriten cambiar, nuevamente, la regla fiscal”, agrega.
“El cobre tiene la ventaja de que genera menos presión de deuda”, dice Alejandro Micco, ex subsecretario de Hacienda. Pero, no cree que el límite de los USS 12.000 millones siga vigente. “Hay que hacer un esfuerzo mayor”, dice. “La situación se ha mantenido mal por un periodo más largo del esperado. No se ha recuperado el empleo como en otros países. Amerita inyectar recursos para recuperar el empleo con incentivos a la contratación y obras públicas, sobre todo, locales”.
“Sin duda hay que usar los recursos que lleguen del cobre para estimular la economía”, dice Álvaro García, ex ministro de Segegob y asesor de Heraldo Muñoz, quien participará en la primaria del PPD. “La pandemia se ha prolongado y la posibilidad de que siga es mayor que cuando se calcularon los US$12.000 millones. No puede seguir pasando que la gente financie el costo de la pandemia con sus ahorros”, agrega. Dice que no cree que el nivel de deuda sea relevante ahora. “Es un desafío de mediano a largo plazo y solo puede resolverse con una reforma tributaria”, dice.
Esta misma visión tiene Fernando Carmona, miembro del comité central del PC y asesor del candidato presidencial del partido Daniel Jadue. “Todos los informes de organismos internacionales dicen que la deuda en Chile es baja. El país debería endeudarse más ahora para abordar la crisis y hay espacio para endeudamiento barato”, agrega. Cree que un tope de deuda es de alrededor de 50% del PIB.
“Si además tenemos un precio del cobre alto es una buena noticia, tenemos recursos transitorios para un aumento del gasto transitorio”. Carmona cree que se debería incrementar el fondo de US$12.000 millones y que no es el momento para pensar en la regla fiscal. “Buscar cumplir con la regla fiscal en una de las principales crisis de la historia es un poco absurdo, es no darse cuenta del problema que tenemos”, advierte.
Fuente: La Segunda