El consumo chino y el plan de estímulos de Estados Unidos presionan el valor del metal, que cuenta con positivas perspectivas.
El cobre, principal envío del país, se encamina a registrar el repunte más largo de su historia. Y ayer dio un nuevo paso al cotizarse en US$ 3,7 en la Bolsa de Metales de Londres, su mayor nivel en ocho años.
Las razones de este nuevo impulso —tras recientes leves correcciones— se deben esencialmente al desempeño de China, principal consumidor del metal, que por estos días se encuentra en medio de la celebración del Año Nuevo lunar. No obstante, a diferencia de otras ocasiones, la festividad no ha provocado detenciones tan prolongadas, manteniendo el ritmo de la actividad industrial.
“El Año Nuevo lunar y los permisos de viaje están siendo más restrictivos por los temores a nuevos rebrotes, por lo tanto, en vez de tener la tradicional detención que se ve en esta época del año, las fábricas han seguido produciendo a ritmos normales, lo que ha hecho caer fuertemente los inventarios de cobre, dando soporte al optimismo en los inversionistas”, explica el director ejecutivo de Plusmining, Juan Carlos Guajardo.
El metal considerado un barómetro de la economía mundial también ha sido beneficiado porque el gobierno del gigante asiático ha estado bajando las tasas de interés de corto plazo, lo que confirmaría que la política monetaria del gobierno chino será razonable, con buenas perspectivas de que habrá una demanda sólida por el mineral.
La directora de estudios de Vantaz Group, Daniela Desormeaux, apuntó además al impacto de la depreciación a nivel global del dólar, luego del plan de estímulos anunciado por el gobierno de Estados Unidos, lo que también favorecería al mineral usado desde productos electrónicos y tuberías hasta vehículos electrónicos, entre otros.
“El paquete de estímulos de Estados Unidos para hacer frente a la crisis económica ha provocado un debilitamiento del dólar, lo que favorece las importaciones y, por ende, hace más atractivas las materias primas, subiendo su precio. Esto se refleja en los precios futuros del cobre, y también otros commodities, como el oro, que están viendo la misma tendencia”, aseguró Desormeaux.
Con todo, la variación de la jornada llevó a que el valor anual se ubique en US$ 3,6, un 8,0% más de lo que tiene previsto el Gobierno de acuerdo al último Informe de Finanzas Públicas (IFP) elaborado por la Dipres, en que se pronosticó un precio promedio anual de US$ 3,34, lo que contribuye a fortalecer las alicaídas arcas fiscales. Por cada centavo del alza del mineral sobre el precio promedio, el fisco percibe ingresos del orden de los US$ 22 millones. Ahora, en comparación con la proyección de US$ 2,88 incluida en el Presupuesto de 2021, la variación del precio acumulado en lo que va del año es superior en 25%.
Perspectivas
Si bien se trata del mayor valor del cobre en ocho años, las expectativas para el futuro del mineral son más que positivas y se esperan nuevas alzas tras diez meses consecutivos de avances según datos de Bloomberg. Un undécimo mes de incremento marcaría el repunte mensual más largo de la Bolsa de Metales de Londres, cuando el mineral comenzó a cotizarse en su forma actual en 1986.
El jefe de análisis de XTB Latam, José Raúl Godoy, explicó que la racha actual debería extenderse al menos lo que dure la recuperación económica, o sea, probablemente durante 2021 y 2022.
“China ha sido el primer país en recuperarse de la crisis sanitaria, pero no será el único. Últimamente hemos visto cómo el virus empieza a retroceder y la vacunación masiva a acelerarse. Esto está generando muy buenas proyecciones de crecimiento, no solo en China, sino que a nivel global, lo que está impactando directamente a las materias primas de corte industrial, entre las que destacan el cobre y el petróleo”, comentó Godoy, quien espera peaks durante el año por sobre los US$ 4 y un promedio en torno a los US$ 3,8.
Juan Carlos Guajardo coincide en el pronóstico de al menos dos años positivos, “con una demanda fuerte de cobre, en base a una recuperación de los mercados y la oferta que sigue tocada a raíz de la pandemia”.
Fuente: El Mercurio