Según la estadísticas de los últimos 25 meses solo en uno se vio un alza del indicador. Con todo y pese a ser Chile el principal productor a nivel global, el precio del mineral está siendo afectado por variables macroeconómicas.
Por Tomás Vergara P.
En caída libre se encuentra la producción de cobre a nivel país desde hace ya varios meses, según indican las cifras reportadas por la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) al cierre de julio, último dato disponible.
Y es que en el séptimo mes del año el indicador llegó a 423 mil toneladas de cobre, lo que representa un 8,99% menos respecto al mismo periodo en 2022, cuando se totalizaron 465 mil toneladas. En el acumulado anual, en tanto, la industria nacional arrastra una caída respecto al ejercicio anterior de un 6,6%, que significa 215 mil toneladas menos de cobre.
Desde Cochilco consignan que existen tres razones que explican la caída en la producción chilena en el último año: la escasez hídrica que han enfrentado algunas operaciones mineras, particularmente las ubicadas en alta cordillera; dificultades operacionales referidas a menores leyes del mineral y recuperación; y menor rendimiento productivo de proyectos recientemente puestos en marcha.
Al revisar las cifras por faena queda en evidencia el impacto que ha tenido la prolongada sequía que afecta a la zona central del país, especialmente en yacimientos como Los Bronces, de Anglo American, o Los Pelambres, de Antofagasta Minerals.
«A esto se agrega el comunicado público de Codelco que corrigió a la baja su estimación de producción esperada para 2022 en cerca de 100 mil toneladas. Frente a tal escenario, la producción chilena de cobre proyectada se corrigió a la baja y registrará en 2022 una caída de 4,4%, lo que implica una producción de 5,77 millones de toneladas«, dice el vicepresidente ejecutivo (s) de Cochilco, Joaquín Morales.
Asimismo, el aumento de los contagios de covid-19 que hubo en el primer trimestre del año fue otro factor que influyó en los niveles de actividad productiva principalmente afectando a las grandes operaciones mineras del país.
La sostenida caída en la producción se comenzó a vislumbrar en junio de 2020; desde ahí en adelante, la industria local acumula 25 meses en números rojos, con excepción de junio de 2021, cuando el indicador creció más de un 2%.
En ese sentido, desde Cochilco prevén que se podría observar un cambio de tendencia en 2023. «Podría existir una recuperación con una producción proyectada, la que alcanzaría un ritmo de 5,87 millones de toneladas, principalmente atribuible a la mayor producción de Minera Escondida. Sin embargo, existen vulnerabilidades estructurales como, por ejemplo, la escasez hídrica seguirá presente», dice Morales.
En cuanto al efecto en la cotizaci6n del mineral, el director ejecutivo de Plusmining, Juan Carlos Guajardo, explica que en el corto plazo, la menor producción de cobre podría compensarse con una menor demanda del metal, debido al contexto macroeconómico de China y Estados Unidos, que reducen las expectativas del consumo de cobre; no obstante, detalla que «para el mediano y largo plazo la situación es diferente, pues se prevé una gran demanda de cobre a causa de la transición energética y, en consecuencia, una tendencia al alza en la cotización del cobre».
En esa línea, desde Cochilco señalan que actualmente la dinámica del precio del cobre está dominada por factores de de manda y no de oferta. «Si bien la menor oferta de cobre esperada respecto a la proyectada a inicios del presente año contribuye a dar un soporte al precio del metal, este mantiene un sesgo a la baja. La tendencia a la baja del precio durante el presente año se explica principalmente por la desaceleración de la economía china, principalmente por rebrotes del covid-19, y ante las expectativas de alzas en la Tasa de Política Monetaria de los principales bancos centrales de las economías desarrolladas», asegura Morales.
Fuente: El Mercurio