Los cuatro frentes que le esperan al sucesor de Sougarret en Codelco

La profunda caída en los niveles de producción de cobre de la corporación requiere de soluciones urgentes y de cambios al interior de la empresa. De todos modos, se espera que el delicado momento por el que atraviesa se extienda por algunos años.

Por Tomás Vergara P.

Un golpe de timón im­portante, un reme­zón a la empresa, es lo que dicen los ex­pertos que se le debe exigir al nuevo pre­sidente ejecutivo de Codelco, ante la situación que vive la mine­ra estatal.

Esta semana, tras conocerse la renuncia de André Sougarret al cargo, la empresa de re­clutamiento Egon Zehnder aceleró el proce­so de búsqueda del sucesor del ingeniero que lideró el rescate de los 33 mineros de la mina San José. Esto, con la mirada puesta en el pró­ximo 31 de agosto, fecha en la que se produci­rá su salida.

Uno de los temas que comentan expertos del sector es que el elegido debe ser alguien que esté al tanto de la realidad que atraviesa la firma. Lo anterior, con el objetivo de que pueda tomar decisiones rápidas y lograr en­cauzar a la estatal en medio de los complejos desafíos que enfrenta en cuatro planos esen­ciales.

1. Producción y proyectos

El 2022 la producción de cobre de Codelco se desplomó en un 10% res­pecto de 2021, llegando a las 1.553 miles de toneladas. Hay que retroceder hasta 1998 pa­ra encontrar un indicador más bajo que este, en una época en la que, además, la minera tenía menos divisiones que las que opera hoy.

Existe coincidencia, e incluso la propia empresa lo ha reconocido, en que los indica­dores de producción seguirán bajos y lejos de los 1.700 miles de toneladas que proyectaba la corporación en sus pla­nificaciones de largo plazo. «Se da por descontado que mantener el nivel de producción en Codelco es papaya, facilito, y resulta que nuestras leyes de mi­neral están cayendo, la profundidad de los rajos, el mineral, las impurezas, to­do se va haciendo más difí­cil, por lo que mantener la producción es un tremen­do desafío», reconoció el presidente del directorio de la estatal, Máximo Pa­checo, en un seminario rea­lizado a comienzos de este año.

Al cierre de abril, la mi­nera acumula 453 mil to­neladas de cobre fino, lo que representa un desplo­me de un 11% respecto del mismo período de 2022, según datos de Cochilco; caídas que se habrían profundizado en mayo y que ponen en duda las proyecciones para este año, que apuntan a ubicarse en un rango de entre 1.350 miles de toneladas y 1.420 miles de to­neladas.

Según las estimaciones de la consultora Plusmining, el mal momento a nivel produc­tivo tendría un peak en tomo a 2025. Sin em­bargo, la menor producción versus los nive­les históricos, y en contraste con los planes que existían, se va a extender al menos por cinco años, es decir, hasta 2028.

«Lo más importante de todo es que el nue­vo presidente ejecutivo tiene que hacer una evaluación muy profunda de la situación ac­tual para determinar un camino a seguir, porque el momento en el que está la empresa ofrece varias dudas respecto al futuro. El te­ma de la producción no se puede desligar de los temas de los proyectos de inversión. Vie­ne un período de al menos cinco años de me­nor producción, que se explica porque no va a haber la reposición necesaria a tiempo de parte de los proyectos estructurales», co­menta el director ejecutivo de Plusmining, Juan Carlos Guajardo. Agrega que «se debe abordar con urgencia la inversión y produc­ción, pero también ir a las causas de esto y enfrentarlas con mucha determinación».

La reposición de proyectos ha sido un im­portante desafío sin resolver para la minera, tema asociado al desarrollo de las obras estructurales, que justamente buscaban man­tener los niveles de producción de la empre­sa, y que, por diversas razones, resultó en el desarrollo de cuatro megaproyectos en para­lelo.

Según ha reconocido la propia compañía, estas iniciativas cuentan con importantes re­trasos y con sobrecostos de casi US$ 5.000 millones acumulados, un 56% más de lo pro­nosticado. La importancia de esta cartera de iniciativas radica en que se estima que en 2030 representarán un 75% de la produc­ción de la estatal.

Para el académico de la Universidad Cató­lica, Gustavo Lagos, Codelco tiene proble­mas tremendamente serios a nivel operacio­nal, pero también en el plano de las inversio­nes, asociados a las diferentes dificultades que tuvo que enfrentar en sus distintas divi­siones en los últimos meses, con impactos por efecto del clima, derrumbes o incendios.

«Por supuesto que hay una salida de este escenario, si no estaríamos hablando del oca­so definitivo de Codelco y no creo eso; esto tiene salida, pero hay sectores que piensan que se puede solucionar de inmediato, y no. Sí hay que dar un golpe de timón muy fuerte en el plano de la producción de cobre, eso tie­ne que hacerlo el directorio en los próximos meses, y el presidente ejecutivo debe ser la persona capaz de conducir eso», dice Lagos.

2. La relación con Pacheco y el gobierno corporativo

El estilo de Máximo Pacheco como presi­dente del directorio de la estatal también es visto como uno de los desafíos que tendrá que asumir el nuevo líder de Codelco, y que algunos sindicarían como uno de los moti­vos de la salida de Sougarret.

Un alto ejecutivo minero explica que el es­tilo del exministro de Energía implica un in­volucramiento en la operación de la empre­sa, incluso tomando decisiones a nivel ejecu­tivo, lo que se toparía con las labores de la administración, fenómeno que también se ha visto en otras mineras locales. Otras fuentes matizan esa mirada. Apuntan a que Pacheco siente el peso de acelerar la agenda de planes de Codelco por el complejo escenario con el que se encontró al asumir la presidencia del directorio.

«Máximo es un tipo que sabe y que toma decisiones, y finalmente no resiste el canto de sirena y se mete a operar; entonces, en una empresa minera, en general, donde somos bien jerarquizados, cuando la gente no sabe quién es el jefe, si es Máximo Pacheco o si es André Sougarret, al final se confunden», ex­plica un ejecutivo de la industria nacional. Este es un tema que ya planteaba el expre­sidente ejecutivo de la minera Diego Her­nández, hace algunos meses, y que también tuvo que vivir él cuando estuvo a cargo de la productora de cobre.

«Hay un código de gobierno corporativo que buscaba equilibrios parecidos a los que tienen empresas de la competencia, tratando de tener un directorio que sea la contraparte de la administración, lo que no ha resultado hasta ahora, y en vez de tener un presidente del directorio que sea la contraparte de la ad­ministración, tenemos un executive chair­main, que se involucra en las operaciones y decisiones del día a día, y un presidente eje­cutivo que sería chief operating officer. Este no es el diseño que se hizo cuando se aprobó la Ley de Gobierno Corporativo, y hay que corregirlo, no podemos volver a que en la ad­ministración de Codelco quienes generan la visión de largo plazo no tengan una contra­parte», rememora Hemández.

Otro ejemplo del estilo Pacheco es el rol que ha jugado en las negociaciones con SQM, mediante las que se busca viabilizar la entrada del Estado a la operación del salar de Atacama. Dichos encuentros han sido enca­bezados por el presidente de Codelco, así co­mo todo lo que tiene que ver con el litio, par­ticipando en las citas con Corfo o incluso en la presentación de la Estrategia Nacional del Litio realizada en abril en Antofagasta.

Conocedores de la situación de la estatal agregan que se requiere de ajustes, por ejem­plo, en tomo a los comités que componen el directorio, y a los que debe rendir cuentas el presidente ejecutivo. Estas tareas consumen parte importante del tiempo que el presiden­te ejecutivo debe dedicar a la operación.

En esta línea, también apuntan a que es ne­cesario que la mesa quede desanclada por completo del ciclo político, como ocurre hoy. «Hay que asumir que la reforma del gobierno corporativo mejoró los estándares del di­rectorio, pero no se ha resuelto este meollo de cómo hacemos que la gestión de Codelco se base en principios de negocio. Si se ordena esto, la asunción de responsabilidades será mucho más orientada al negocio», acota Guajardo.

Gustavo Lagos añade que realizar un ajus­te al gobierno corporativo «sería bueno, pero no sé si es urgente, porque tenemos dos años por delante con este gobierno, y quizás hay que desanclado del próximo gobierno, por­que efectivamente los cambios de ejecutivos con los cambios de gobierno son frecuentes. Esto es recomendable, pero no es lo principal hoy en día».

3. La creciente deuda

Producto de la exigente cartera de inversiones de la minera estatal, que hoy se estima en unos US$ 40 mil millones (gran parte destinada a los proyectos estructurales), la deuda financiera de la compañía se ha disparado a niveles his­tóricos, en tomo a los US$ 18 mil millones.

Históricamente, los gobiernos de tumo han retirado gran parte de los excedentes que genera la empresa, sobre un 95%, según esti­maciones. Esto ha obligado a la empresa a re­currir a los mercados financieros. Las capita­lizaciones de la minera han sido escasas, y re­cién la administración actual permitió que la firma retenga el 30% de sus excedentes; la decisión se da justo en un período en que se generarán menos utilidades.

Según conocedores, en estos momentos, ejecutivos de la empresa se encuentran reali­zando reuniones con financistas, ante una eventual nueva emisión de bonos que saldría a realizar la corporación.

Plusmining proyecta que el indicador po­dría superar los US$ 30 mil millones, lo que supone que Codelco mantenga su plan de in­versión con todos los proyectos estructurales y que no haya capitalización, obligando a un aumento de deuda de estas dimensiones.

La consultora calcula que la necesidad de financiamiento de Codelco es de US$ 13.700 millones, por lo que al cierre del 2027 el indicador se situaría en unos US$ 31.300 millones.

Con todo, resta saber el rol que jugarán los ingresos que puedan surgir del negocio del litio, que podrían impactar positiva­mente en la firma.

En paralelo, la nueva administración de la minera tendrá que enfrentar un exigente escenario de inflación y alza de costos, que actualmente está afectando a las empresas del sector, y que en el último ejercicio alcan­zó su mayor nivel en siete años.

4. Veinte negociaciones

Otro factor relevante que ten­drá que enfrentar el próximo lí­der de la estatal es el relacionamiento con los más de veinte sindicatos que tiene la em­presa en sus diversas operaciones.

Si bien se podría decir que las relaciones entre las partes han ido mejorando bajo la actual administración, el 2024 es un año cargado de negociaciones colectivas.

Según el calendario realizado por el Con­sejo Minero, para 2024 se contabilizan 20 procesos de negociación colectiva, en prác­ticamente todas las divisiones de la estatal. Estos, además, involucran a más de 8 mil trabajadores, gran parte de ellos prove­nientes de los sindicatos correspondientes a la división El Teniente, la más productiva de Codelco.

Desde el sindicato de Chuquicamata ya encendieron las alertas respecto a cómo se­rá el proceso de selección del sucesor de Sougarret, y sostuvieron que «se deben to­mar cartas en el asunto de forma urgente. Actualmente, Codelco se encuentra en un estado de fragilidad y se ve disminuido ante la opinión pública, todo en medio de la ne­gociación del litio, trascendental para el fu­turo de la empresa y de todo el país».

Por su parte, desde la Federación de Tra­bajadores del Cobre (FTC), declaran que » el desafío para quienes tomen la decisión de definir el sucesor del próximo presidente ejecutivo, así como la conformación de su equipo directivo, requiere no solo de proli­jidad, también de una enorme responsabili­dad para sacar a Codelco de esta situación de fragilidad y asumir los enormes retos presentes y futuros de nuestra querida em­presa, que implica, por cierto, continuar fortaleciendo relaciones laborales sustenta­das en la confianza y la participación».

Fuente: El Mercurio